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El carbón activado está presente en tu vida, pero ¿sabes dónde y cómo?

Pese a que el carbón activo o carbón activado lleva siglos empleándose, lo cierto es que pocos son los que saben de su existencia y muchos menos los que conocen las múltiples aplicaciones que tiene. Es más, buena parte de la población se sorprendería al saber que, de uno u otro modo, el carbón activo forma parte de su vida.

Pero no conviene iniciar la casa por el tejado, sino que lo propio es comenzar poniendo los cimientos, y, en este caso, eso supone explicar de forma sencilla qué es y para qué se utiliza el carbón activado.

“El carbón activo es un material compuesto principalmente por carbono puro, que posee, al igual que cualquier otro tipo de carbón, la capacidad de generar un fenómeno fisicoquímico denominado adsorción y que consiste en que los átomos de la superficie del material atraen y retienen cierto tipo de moléculas atrapadas en compuestos líquidos o gaseosos. La diferencia fundamental entre el carbón activo y cualquier otro tipo de carbones radica en que en el activado la capacidad de absorción es muy superior, lo que ha motivado la extensión de su uso” indican desde ChiemiVall, que cuentan con más de dos décadas de experiencia en el sector del carbón activo.

Por lo tanto, el carbón activo se emplea fundamentalmente en aquellos procesos en los que se desea eliminar compuestos tóxicos o impurezas de sustancias líquidas y gaseosas, abarcando desde el sector químico y farmacológico, hasta el alimentario.

“En la industria química y farmacológica el carbón activado es utilizado comúnmente en la fabricación de antibióticos, la eliminación de mercurio y la creación de colorantes textiles. Mientras que en el ámbito industrial sus usos abarcan desde la recuperación de metales y catalizadores hasta el biodiesel”.

“Los usos del carbón activo en el sector alimentario son quizás los que más sorprenden a la población en general, ya que se aplica a gran cantidad de productos como es el caso de los aceites vegetales, los vinos y bebidas alcohólicas, los zumos de frutas y otras bebidas no alcohólicas y también a los caramelos y golosinas, por mencionar solo algunos”.

No obstante, “si existe un proceso en el que el carbón activo lleva años consolidado ese es el tratamiento de aguas. Tampoco debemos obviar la utilidad del carbón activado para el tratamiento de las emisiones atmosféricas, algo tan importante en la actualidad”.

Sorprendente, ¿verdad? ¡Quién hubiera pensado que un solo material pudiera tener tantos y tan variados usos y aplicaciones!