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La arquitectura y el arte del hierro

La prisa, algo tan característico de la sociedad actual es la culpable de que muchas personas transiten por las ciudades sin, ni siquiera, alzar la vista para visualizar, por un segundo aquello que les rodea. Pocos son los que dedican algunos minutos de sus vidas a disfrutar de auténticas maravillas construidas en otros tiempos y que se conservan intactas a día de hoy gracias al buen hacer de unos cuantos cuya función es la conservación del patrimonio nacional y monumental. “En la actualidad no somos conscientes de que hubo un tiempo en que todo estaba por construir. Y no hace tanto. En el siglo XIX, como fruto de la Revolución Industrial, surgió una corriente arquitectónica muy singular conocida como la arquitectura del hierro” comenta el responsable de Fundiciones Binéfar.

Pocos son los madrileños, por ejemplo, que se quedan perplejos ante construcciones tan singulares como La Estación de Atocha o el Palacio de Cristal del Retiro y sin embargo, son miles los turistas que acuden a la ciudad cada año para admirarlos. Casi tantos como se acercan a ver la anatomía de otros monumentos extranjeros, joyas arquitectónicas que constituyeron verdaderos hitos en su época, como por ejemplo, la Torre Eiffel de París, el Puente de Don Luis I en Oporto, la sala de lectura de la Biblioteca de Santa Genoveva también en París, el Elevador de Santa Justa de Lisboa o la Estación de Amberes-Central conocida como ‘la catedral de las estaciones’.

Todos ellos, forman parte de los ejemplos de un estilo arquitectónico en el que el hierro es el protagonista indiscutible y que surgió como fruto de la osadía y genialidad que tuvieron unos pocos a la hora de experimentar con los nuevos materiales que tenían, por aquel entonces, a su alcance.

Y no solo monumentos, en lo que a construcciones arquitectónicas se refiere, son muchas las esculturas famosas construidas en hierro y acero. Basta echar un ojo al Peine del Viento de San Sebastián, obra de Eduardo Chillida.

En la actualidad, sin embargo, el uso de estos metales ha quedado relegado a un segundo plano, pasando a ser principalmente el material utilizado para la creación de mobiliario urbano. “Los metales forman parte de la evolución humana, no debemos olvidar que tanto la fundición de bronce, como de cobre, como de hierro surgieron en la prehistoria y han seguido empleándose hasta nuestros días, es posible que cambien las técnicas y los usos, pero la fundición difícilmente podrá ser sustituida” comentan desde Fundiciones Binéfar.

Basta con que un nuevo proyecto decore alguna ciudad turística para que, de nuevo, se encuentre el hierro entre los materiales estrella. ¿Cuándo será?