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¿Sabemos cuándo acudir a un abogado?

Parece que contar con un abogado es cosa de empresarios o de personas relacionadas con profesiones de perfil público. Pero nada más lejos de la realidad.

En el día a día, surgen ciertos temas y trámites que, contando con un profesional del derecho, son mucho más sencillos. Herencias, compraventas, contratos o reclamaciones son solo algunas de las ocasiones en las que, contar con uno, puede marcar la diferencia.

Pero no solo en las grandes capitales se pueden encontrar este tipo de servicios, abogados en Alcalá, en Vilanova i la Geltrú, en Manises o en Baeza también tienen su importancia dependiendo del tipo de negocio, tramitación o papeleo.

Eso sin entrar por ejemplo en separaciones, divorcios, custodias y demás temas familiares que demandan, siempre, la intervención de un abogado.

Tres casos en los que apostar por contratar un abogado

1. Herencia

Si hay un momento complicado en las familias, ese es el momento de despedir a un ser querido y poner en marcha el tedioso trámite de la herencia, la lectura de testamento – cuando existe –  o incluso la declaración de herederos. Llegar al momento del reparto de patrimonio y bienes no es tan sencillo como a priori podría parecer, porque depende en muchos casos de liquidaciones, escrituras y cambios de titularidad que, de la mano de gestores y abogados, no solo se agiliza sino que se mejora considerablemente. Es el momento de delegar.

2. Contratos

Realizar como empresario contratos, hacer consultas para saber cómo hacer ciertos trámites o incluso dar respuesta jurídica es vital para pymes y autónomos. Contar con la experiencia especializada en materia fiscal, en derecho laboral o incluso en derecho civil o marítimo, por poner solo algunos ejemplos, puede acabar siendo una diferencia abismal e incluso un ahorro final presupuestario al evitar sanciones o incluso ser capaz de reclamar derechos que, de otra forma, pasarían desapercibidos dentro de ciertos contratos.

3. Reclamaciones

Cuando se está cara al público en un negocio o incluso cuando es la propia compañía la que debe reclamar el incumplimiento de ciertas condiciones, contar con un abogado que conozca la legislación, las novedades y los derechos y deberes que pueden ser de obligado cumplimiento mejora considerablemente las posibilidades de quien comienza litigios. No solo para temas económicos sino de derechos de pasajeros, clientes en una compra de vivienda, etc.